miércoles, 21 de noviembre de 2012

La Tortuga, naturaleza y diversión.

Pocos son los sitios en los que puede conseguirse una total relajación en medio de la naturaleza, frente a un monolito que irradia una mística energía y desde una ubicación en la que puede apreciarse el camino del Sol, desde que nace con el alba hasta que muere con el atardecer, y de paso disfrutar de un temascal mientras cae la noche.

El centro ecoturístico La Tortuga, ubicado a tan sólo 10 minutos de Bernal es un desarrollo autosustentable, equipado con celdas solares, generadores de composta y recicladores de aguas negras para un mejor aprovechamiento de los recursos, que por esta zona escasean. 


Entre sus singularidades, es que este proyecto es desarrollado y operado en un ejido por los habitantes de la comunidad de San Antonio de la Cal, Tolimán. 

Además de su privilegiada ubicación, la tranquilidad de este espacio invita a la reflexión bajo sus estrellados cielos nocturnos y teniendo como acompañante a la peña más famosa de México, la de Bernal.

La Tortuga aún no tiene un año de haberse creado, pero ha crecido en el número de villas –habitaciones– y demás espacios, incluso se sigue expandiendo con las otras tres cabañas que actualmente se construyen.

Este centro ecoturístico ofrece servicios de hospedaje, alimentos, medicina tradicional, programas de reflexiología, todo tipo de masajes, terapias con arcilla para el descanso y los temascales para –según sus operarios– revitalizar el cuerpo y sintonizarlo con la mente y el entorno.

Sus instalaciones también cuentan con salas de masaje, hidromasaje, alberca, jacuzzi y restaurante, casi todos con vista a la cara menos conocida de la Peña de Bernal. 

La Tortuga debe su nombre a una de las rocas que asoma al costado izquierdo de la Peña de Bernal, si es vista desde el Pueblo Mágico del mismo nombre o del derecho, si se aprecia desde las instalaciones de este centro de relajación.

Asimismo, es el sexto campamento ecoturístico de este tipo en todo Querétaro y su edificación costó poco más de 11 millones de pesos, debido a los equipos captadores de energía solar y otros similares.

El centro también puede ser la parada final luego de conocer el Valle Sagrado Otomí, aquel que atesora 260 capillas que narran la historia de las familias que habitan Tolimán.

Si el aspecto religioso no es lo propio del paseante, Tolimán y San Antonio de la Cal ofrecen otros recursos culturales y de naturaleza para la diversión y a La Tortuga para el descanso placentero, que igualmente puede alcanzarse con un masaje practicado por los indígenas que trabajan en el lugar.

La Tortuga representa además la ambición queretana de dar a conocer que el estado no sólo es un destino colonial, sino de descanso y relajación, pero lo más importante, generar con este proyecto una mejor calidad de vida para los habitantes de San Antonio de la Cal.

(Finsat/CFE)